Miedos, amores, amigos, rencores, heridas, caricias, espejos, charlas, misterios, matices, mates, cigarrillos, fresias, chocolates, cuerdas flojas, histeria, mil lágrimas, sonrisas, esperas, teléfonos, arrepentimientos, gritos, fiesta, daiquiris, suspiros, sorpresas, mails, espacio, incertidumbre, límites, angustia, placer, egoísmo, soberbia, impotencia, Benedetti, salidas, experiencias, éxitos, fracasos, Cortázar, Galeano, música, melodías, cerveza, café, castigos, libertad, soledad, reconocimientos, lunas y soles, los domingos de siempre, mentiras, sueños, finales, pesadillas, cambios, Arlt, despertadores, consejos, traiciones, carcajadas, desilusiones, esperanzas, caminos, opuestos, miradas, Cien años de soledad, costumbre, tormentas, abrazos, dolores, nacimientos, rupturas, abismos, puertas, candados, almuerzos, proyectos, viajes, silencios, mensajes, olvidos, carencias, paciencia, calma, sombras, peleas, manos, esfuerzo, todo y nada. Más y menos. Menos de lo mismo.

martes, 21 de febrero de 2012

San Valentin: ni tanto ni tan poco

(Publicado en Urbano, el 14/02/2012)-. Sólo de un compositor de la talla de Joan Manuel Serrat podía haber emergido semejante brillantez: resulta que el tipo no dejaba de pensar en su amada, pero tampoco le surgía una genialidad en palabras para regalarle. Así que resolvió decirle exactamente eso: “No hago otra cosa que pensar en ti… y no se me ocurre nada”.

   Desconozco la historia real de la dedicatoria (tal vez ni siquiera la haya), pero fabulo que su musa habrá caído rendida a sus pies. O se habrá enamorado aún más. 
   En síntesis, cuando alguien piensa en otra persona de manera amorosa no hay mucho que decir al respecto. Las palabras sobran. Y en el vano intento por explicar en vocablos lo que a uno le está pasando, se cae en la temida y ridícula cursilería y afloran frases del estilo “Te amo hasta el infinito ida y vuelta”, “Sos lo mejor que me pasó en la vida” y “Nunca sentí lo que siento por vos”. Error. Cuando estemos tentados de pisar el palito, recapitulemos. Respiremos profundo, beso, abrazo y a otra cosa.

  Hace varios años que el Día de los Enamorados no significa absolutamente nada para mí. La inmediata conclusión sobre los por qué de esta negación conciente es: “qué piola, querida, hace varios años que la fecha te encuentra en el desamor más puro”. Los últimos 14 de febrero, incluso, manifesté cierto fastidio por la ola de enamorados que-sólo-parecen-estarlo-en-estas-fechas y hasta me sumé al grupo de Facebook titulado “Cupido, metete las flechas en el orto”. Así de temeraria me volví. 
  Sin embargo, el rencor se fue apaciguando, terapia de por medio, y comprendí que el motivo de que el amor no llegue era justamente porque la que estaba apuntando la flecha mal era yo, no el culoncito de rizos rubios. Así que me relajé -si, claro, de más está decir que el amor por fin llegó, pero no hablo de mi vida privada en estas columnas (¡!)-  y este año me dispuse a escribir al respecto. 
  Pero, como era de esperarse, no se me ocurrió nada. Y así, en el limbo fantasmagórico de la hoja en blanco, recordé al Nano y su genial “No hago otra cosa que pensar en ti”. Y no encontré mejor manera para empezar estas líneas.   
  Cuando no se te ocurre, no hay caso. No hay que esforzarse. Es exactamente como en el amor. Y no me refiero solamente al amor de pareja. Lo mismo sucede entre amigos, padres, hijos, hermanos… Si no hay amor, no lo hay. Y ya. Y si lo hay, procurá conservarlo y mimarlo. Las palabras, muchas veces sobran. Y si no podés dejar de pensar en esa persona, qué mejor que decirle exactamente eso. Ni corazones de chocolate (¡con 32 grados de térmica!), ni peluches con carteles luminosos… nada, en definitiva, igualará eso que te pasa cuando lo/la tenés en frente. Y si lo iguala, estás en problemas, creeme.
  Por eso, estimado/a enamorado/a, hoy brindá con tu compañera/o y procurá hacerlo, también, el resto del año. 
   Y para vos, que todavía no te llegó el amor y andás renegando y maldiciendo a Cupido, y todavía no abriste el Facebook para evitar leer cursilerías ajenas, relajate. Es un día más para vos también. Tenés otros 364 para encontrarlo.  

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