Miedos, amores, amigos, rencores, heridas, caricias, espejos, charlas, misterios, matices, mates, cigarrillos, fresias, chocolates, cuerdas flojas, histeria, mil lágrimas, sonrisas, esperas, teléfonos, arrepentimientos, gritos, fiesta, daiquiris, suspiros, sorpresas, mails, espacio, incertidumbre, límites, angustia, placer, egoísmo, soberbia, impotencia, Benedetti, salidas, experiencias, éxitos, fracasos, Cortázar, Galeano, música, melodías, cerveza, café, castigos, libertad, soledad, reconocimientos, lunas y soles, los domingos de siempre, mentiras, sueños, finales, pesadillas, cambios, Arlt, despertadores, consejos, traiciones, carcajadas, desilusiones, esperanzas, caminos, opuestos, miradas, Cien años de soledad, costumbre, tormentas, abrazos, dolores, nacimientos, rupturas, abismos, puertas, candados, almuerzos, proyectos, viajes, silencios, mensajes, olvidos, carencias, paciencia, calma, sombras, peleas, manos, esfuerzo, todo y nada. Más y menos. Menos de lo mismo.

lunes, 24 de octubre de 2011

Brujas y montañas

Antes de llegar a la casa de los tíos Pablo y Dante, el lateral derecho del terreno se eleva considerablemente y una montañita media chueca sirve de divertimento obligado para que Mara suba y baje, una y otra vez, con pasitos cortos y algo temblorosos. O se quede sentada, ya en la cima, juntando bolitas de algún árbol, en compañía del abuelo o de alguno de los tíos. O se invente una penitencia arrebatada, por el reto de mamá o de la abuela, puchero mediante y observando, de reojo, cómo sigue todo en su breve ausencia.