Miedos, amores, amigos, rencores, heridas, caricias, espejos, charlas, misterios, matices, mates, cigarrillos, fresias, chocolates, cuerdas flojas, histeria, mil lágrimas, sonrisas, esperas, teléfonos, arrepentimientos, gritos, fiesta, daiquiris, suspiros, sorpresas, mails, espacio, incertidumbre, límites, angustia, placer, egoísmo, soberbia, impotencia, Benedetti, salidas, experiencias, éxitos, fracasos, Cortázar, Galeano, música, melodías, cerveza, café, castigos, libertad, soledad, reconocimientos, lunas y soles, los domingos de siempre, mentiras, sueños, finales, pesadillas, cambios, Arlt, despertadores, consejos, traiciones, carcajadas, desilusiones, esperanzas, caminos, opuestos, miradas, Cien años de soledad, costumbre, tormentas, abrazos, dolores, nacimientos, rupturas, abismos, puertas, candados, almuerzos, proyectos, viajes, silencios, mensajes, olvidos, carencias, paciencia, calma, sombras, peleas, manos, esfuerzo, todo y nada. Más y menos. Menos de lo mismo.

domingo, 17 de abril de 2011

Otredad

“Tampoco fue para tanto”, pensó. Pero tal vez lo fue. Uno nunca llega a vislumbrar la dimensión de los para tanto del otro. ¿Cómo averiguarlo, además? ¿Cuánto había de verdad y cuánto de mentiras piadosas en sus excusas prolijamente disfrazadas de argumentos? ¿Y por qué creer que eran excusas y no argumentos? ¿Y cuál es la diferencia entre unas y otros?

viernes, 15 de abril de 2011

La calle y después

Esperanzas diseminadas en el fondo, bien al fondo, de una margarita pálida, mustia, lánguida.
Caminatas cansadas hacia países nunca jamás encontrados.
Crímenes perfectamente pensados y estúpidamente descubiertos.
Lunas redondas y plateadas. Soles circulares, estrellas que encandilan.
Escenarios viejos, nuevos, mejores. Tablas gastadas de madera fértil, fuerte, resistente.

martes, 12 de abril de 2011

Fe

En un minuto crees tenerlo todo y, ya ves, nada (ni siquiera esa risa espontánea, esa mañana tibia, esa complicidad cercana) colma el profundo vacío que pensaste podrías ignorar. El mismo que te sorprende cada noche, desde que convivís con la fría y estúpidamente franca realidad.